Entrenar para condiciones no habituales

 

Artículo publicado originalmente el 10/09/2020

No es una nota como cualquiera de mis otras notas anteriores, donde me dedico a alguna técnica en concreto. Realmente es una llamada de atención, son cosas que surgen de conversaciones con los amigos.

Es sencillo de entender. El 95% (yo incluido) de los usuarios profesionales de armas de fuego nos engañamos al entrenar, lo he dicho y repetido muchas veces. Lo voy a explicar dedicándome al propio manejo del arma y al diseño de los ejercicios de entrenamiento.

La inmensa mayoría de las veces nuestros entrenamientos empiezan casi en el paso final que correspondería a un enfrentamiento armado, o sea con el arma en la mano y listos para hacer fuego. Esto implica tener el arma en la mano cuando habitualmente se lleva en la funda, llevar un cartucho en la recámara cuando no lo llevamos al iniciar el servicio, tener retirado el seguro cuando siempre lo llevamos puesto, estar ya encarado y apuntado el blanco cuando el arma habitualmente va en la funda (insisto) o si es larga la llevo cruzada, etc. ¿Decidme que es mentira lo que digo? (Vale, vale, tú eres la excepción).

La realidad es muy diferente, y lo sabéis. Si lleváis el arma en la funda, sin cartucho en recámara y con el seguro puesto, que sepáis que así os lo vais a encontrar todo cuando seáis sorprendidos por un ataque (insisto, sorprendidos); con los condicionantes que ello implica.

Pues lo lógico es entrenar así. En los últimos 10 años (aprox.), sólo he visto a una persona entrenar extrayendo el arma corta de la funda, montando para alimentar y disparando, y luego deshaciéndolo todo para que el siguiente tiro que sea en iguales condiciones. Un Policía Local de Los Barrios (Cádiz, España); mis felicitaciones y mis respetos. El resto suele mentir. Sí. Lo normal que veo en cursos es hacer unos disparos haciendo toda la secuencia y, cuando uno se da cuenta que es un rollo trastear con el arma para descargarla y empezar de nuevo, misteriosamente se vuelve usuario de arma con cartucho en recámara de toooooooooooda la vida.

Hasta yo mismo miento, porque uno debe entrenar como va a emplear el arma. En mi Unidad estoy obligado al… “introduzcan el cargador, monten el arma, adopten posición de tiro, retiren seguro, fuego…”. Porque es así lo ordenado. Pero cuando entreno en privado lo hago como sé que voy a actuar: mis armas van alimentadas con su cartucho en recámara y empleando el seguro y el desamartillado. Y lo hago porque sé que cuando deba intervenir yo voy a ir así. Ya explicaré lo que deba explicar si hiciese falta.

Y añado que es vital entrenar manipulando el arma (seguros, palancas, botones, etc.). A ver, es una pistola o un fusil y no un cohete espacial, es muy fácil aprender su manejo. ¿Cuántas veces he visto en cursos a un servidor público mirando su arma y pensando dónde debe tocar cuando le digo “desamartille, seguro y a la funda?

Sobre los ejercicios de tiro, pues lo mismo. Los ejercicios oficiales de la mayoría de los cuerpos (España) no suelen dar mucha cancha para la creatividad en el sentido de que son rígidos, no hay margen, y muchas veces el aprendizaje depende de las ganas de arriesgar y de transmitir del instructor de la plantilla. No permiten explicar y practicar determinadas técnicas. Y por eso mismo nos olvidamos que existen otras opciones que se pueden dar cuando se produce un enfrentamiento, que es de lo que trata esta nota.

La primera condición no habitual para entrenar que sí debería ser habitual: los guantes. ¿Cuántos entrenáis siempre con guantes? La inmensa mayoría los emplean para protegerse del frío en lugar de para proteger las manos de lo que se puede llegar a tocar: elementos cortantes o punzantes fundamentalmente, o al fulano en cuestión. En invierno vale, en verano jamás. El uso en cualquier caso ocasiona una gran pérdida de sensibilidad cuando los empleamos porque no estamos acostumbrados. Pero lo habitual es realizar los ejercicios sin ellos, y cuando se indica que se deben emplear… pues cargadores que se caen, velocidades que se reducen, resultados en el blanco que no son los mismos, etc. Se deja de ser preciso y efectivo.

Obviamente, cuando uno empieza a adiestrarse no puede ir de cero a cien, debe haber un aprendizaje. Para trabajar con guantes hay que aprender para luego practicar y poder entrenar así: los ejercicios se hacen sin guantes hasta tener la pericia correcta y luego se practican con guantes. Y ya siempre. Ojo que no hablo exclusivamente de ejercicios de tiro. Que entrenar se trata de hacer disparos, pero también de todas las opciones manipulativas con un arma: recargar, accionar botones o palancas, desamartillar si no hay palanca para hacerlo, extraer de la funda, reinicio del disparador, etc.

Y, obviamente, no entreno con unos guantes “super-cuquis”, finitos y con todas las bendiciones tácticas modernas. Uno debe entrenar con lo que se entrega como reglamentario (salvo que no se entregue nada): esos guantes “pencos”, gordos, calurosos, y que son de lo menos indicado. Y cuando te apañes con los guantes oficiales, ya puedes entrenar con los guantes más “cool” de la tienda. Pero ojo, que si los guantes “super-cuquis” se te rompen quizás te encuentres con que sólo puedes emplear los guantes “pencos” con los que nunca entrenaste. Es por eso mi filosofía.

Otra condición no habitual para entrenar: ¿y si te han herido? ¿Y si pierdes el uso de una mano? ¿Y si encima la mano inutilizada es la mano principal habitual? Entiéndase esto último como la derecha en diestros y la izquierda en zurdos; la mano que más peso tiene en el manejo.

Es que a uno, aunque sea de los buenos, lo pueden herir. Y herido debe mantenerse en el combate: torniquete, una vendita y a funcionar. Se deben probar todas las combinaciones posibles con ambas manos, desde mano inutilizada a brazo completo, desde arma corta a arma larga. Se debe probar a extraer el arma corta, a recargar cualquier arma, a solventar una interrupción, etc. ¿Vemos como estas cosas normalmente no se enseñan en los planes oficiales? Por cierto, ¿sabemos ponernos un torniquete?

Si nunca has practicado esto, cuando tengas la mala suerte de caer herido tu cerebro no va a saber reaccionar o no va a hacerlo con celeridad, vas a tener un gran retardo o no vas a reaccionar directamente. Y eso puede llevarte a ser eliminado sin haber sido capaz de defenderte. La recomendación es tratar de ser capaz de aprender técnicas que se pueden practicar en vacío en casa, que luego se pueden probar en el campo de tiro, o directamente buscar un formador que sea capaz de explicarte diferentes técnicas.

Otra condición no habitual: las posiciones desde el suelo. No estoy hablando del tendido, de la rodilla en el suelo, etc., eso es normal o debería serlo y tenerlo superado. Hablamos de cuando caes al suelo y debes defenderte desde el en posiciones “raras”, o cuando debes adoptar las posiciones más extrañas para defenderte desde una esquina o empleando un vehículo como parapeto, o el contenedor de basura, o el banco del parque, o una fuente, etc.

Cuando se emplean diversos objetos aparecen puntos de tiro desde ellos que te hacen adoptar posiciones que son extrañas ya que nunca se emplean. Y para entrenar en el campo de tiro solo hay que llevarse cajas de cartón de diversos tamaños y formas, de este modo seguimos teniendo un obstáculo que te obliga a arrodillarte o a tenderte lateralmente en el suelo sin riesgo puesto que un impacto por actuar de forma incorrecta no produce proyecciones ni rebotes.

Debes analizar la posición más conveniente que adoptarás rápidamente cuando caigas en el suelo y quedes boca arriba o boca abajo, cómo extraerás tu arma corta de forma segura o cómo manejarás tu arma larga de forma efectiva; te vas a dar cuenta de para qué sirven los abdominales y de por qué hay que estar en forma. Si quedas tendido lateralmente debes saber cómo colocarte para poder hacer disparos efectivos y que no te desequilibren, cómo evitar las interrupciones que se pueden llegar a producir si colocas mal tu arma respecto al suelo y los casquillos son devueltos por el suelo, cómo recargar, etc. Todo de nuevo, pero desde el suelo.

¿Se puede disparar de rodillas, con ambas rodillas en el suelo quiero decir? Es una pregunta que hago en todos los cursos y siempre veo las mismas miradas. Teniendo en cuenta que lo que se enseña es a poner una rodilla en el suelo, ¿cómo se va a disparar arrodillado? Pues sí, claro que se puede. Y hay que desarrollar la técnica para arrodillarse sin partirse las rótulas, y la técnica para extraer el arma corta, y la técnica para crear una plataforma de tiro estable cuando ya no tenemos los pies contra el suelo. Como vemos son muchas cosas para aprender.

Ah, un detalle importante, casi tanto como descubrir lo nuevo con estas posiciones: levantarse. Hay que aprender a levantarse desde cada posición. Y el consejo (así lo practico y enseño) es llevar cada secuencia de incorporación a una misma posición previa a estar en pie nuevamente. Hay que aprender secuencias seguras, estables y, sobre todo, rápidas. Y hay que aprender qué hacer con el arma en todo momento para no apuntarnos a nosotros mismos o no apuntar a nadie a nuestro alrededor.

¿Y si todo lo que llevo relatado hasta ahora lo aprendo a hacer con una sola mano? ¿O si empleo la mano de apoyo habitual como mano principal? Si se te puede ocurrir, debes probarlo y practicarlo porque puede suceder.


 

Una vuelta más a la tuerca. Aparecen los vehículos. Necesito saber extraer mi arma corta y repeler esa agresión desde el interior, necesito saber quitarme el cinturón de seguridad para bajarme, necesito saber abrir la puerta y bloquearla para que no me golpee si rebota al abrirla, necesito saber usar el vehículo como parapeto, necesito saber dónde puedo situarme para cubrirme y dónde no es tan conveniente, etc.; y todo necesito saber hacerlo desde cada asiento del vehículo.

Y necesito saber hacer lo mismo con un arma larga. ¿Vemos como todo lo que necesito saber aumenta de forma exponencial? Necesito saber disparar a través de cada una de las lunas: necesito saber disparar hacia el parabrisas o por la ventanilla de mi lado, necesito saber disparar hacia la luna trasera o por la ventanilla del lado opuesto. ¿Y si hay un compañero ocupando el asiento de mi lado y me interfiere en el tiro? Pues habrá que simularlo.

¿Y subirme al coche con mi arma en la mano? Aumenta la suma de cosas a saber.

Hay que tener presente que una vez que empiezan los problemas, nada es como has pensado o has planeado. Si lo has hecho una vez recordarás haberlo hecho y sabrás hacerlo, y si lo has entrenado tu respuesta será rápida, pero si nunca lo has hecho no sabrás hacerlo.

Y más cosas que quedan pendientes, pero no voy a aburriros más. Tan sólo pensad y a la tarea.

Un saludo.

Arturo Mariscal Rubial.


 

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