Tiro controlado VS doble tap

 

Artículo publicado originalmente el 08/11/2020

Doble tap”… “son dos disparos muy rápidos”… “que dan muy juntos para causar más daño”…

Me atrevería a decir que a todos nos han enseñado a disparar así cuando nos adiestraron para el tiro de combate, instintivo, reactivo, táctico,… ; realmente de todas esas formas y más hemos visto nombrado el tipo de tiro que corresponde al que se aleja del tranquilo y sosegado tiro deportivo. Y apostaría a que a todos nos lo explicaron diciendo eso, que “son dos disparos muy rápidos”. ¿O no?

Las fábulas y las parábolas de la antigüedad eran las explicaciones que se daban consistentes en el principio de explicar de un modo simple a la población de la época las cosas que no tenían un razonamiento científico. También a veces, cuando uno explica cosas relacionadas con el tiro a personal tiene que recurrir a asemejarlas con cosas conocidas para que se lleguen a comprender; es lo que ocurrió con la técnica SUL (“Sur” en portugués: una técnica para dirigir el arma hacia abajo en determinadas ocasiones y así no dispararle al compañero en la cabeza).

En este caso, el “tap” del nombre de la técnica sería la onomatopeya (imitación del sonido) que haría el impacto de los proyectiles. Y la explicación a “doble” es para indicar que de lo que se trata es de hacer dos disparos consecutivos (¿rápidos?); y aquí es donde añadimos el… “que impactan juntos con la idea de que al estar muy cercanos el daño es mayor por acumulación de efectos y se produce la neutralización rápida del agresor”. Esto vamos a dejarlo como que es cierto aunque se puedan hacer muchos matices.

El “doble tap” como siempre se ha enseñado básicamente se reduce a tratar de programar al tirador para disparar rápido y dos veces.

Y después de que me explicasen unos y otros a lo largo de años el dichoso “doble tap” en diferentes versiones, llegué a la conclusión que el “doble tap” sólo era disparar rápido dos veces; eso era lo que me habían explicado y eso era lo que hacía. Pero me llevaba la sorpresa muchas veces que, al consultar mi blanco, los dos impactos no estaban juntos y a veces directamente faltaba alguno. ¿Por qué?

Esto es fácil de responder ya que lo descubrí a base de frustración y de gastar (pagando) el plomo y la pólvora para las prácticas. Porque me habían enseñado y adiestrado a hacer dos disparos muy rápidos y eso era lo que hacía: ese “doble tap”.

A mi parecer, hacer dos disparos muy rápidos (“doble tap” tradicional) tiene un par de pegas y una es la respuesta a la pregunta anterior.

  • La distancia. Es la clave. Por eso los impactos no forman siempre un “cacahuete”, no quedan totalmente juntos uno del otro, no son adyacentes. Al disparar, sea el arma que sea, sufrimos en ella el empuje generado por la fuerza de los gases y el proyectil al salir del cañón. Y esa fuerza nos aparta del lugar de puntería. Obviamente cuanto más alejados estemos del objetivo mayor será la dispersión si no corregimos adecuadamente esa puntería. Por tanto, si hacemos los dichosos dos disparos rápidos del “doble tap” tradicional, a más distancia habrá más separación entre impactos porque sólo se ha indicado hacer dos disparos rápidos.
  • La programación que sufrimos para hacer dos disparos y detenernos con el riesgo de cesar los disparos sin haber finalizado el enfrentamiento, sin que el agresor esté incapacitado y haya dejado de ser una amenaza. Puedo hacer dos disparos y detenerme esperando ver a la amenaza eliminada y descubrir que mantiene su actitud y sigue poniéndome en riesgo. Aparece el ciclo OODA (recomiendo leer sobre ello) y tardamos décimas de segundo en identificar que la agresión se mantiene y otras décimas de segundo en reaccionar. Al final todo es tiempo, y ese combate lo podemos perder por esas décimas de segundo.

Quizás sea una cuestión de semántica, o de darle nombres diferentes. Personalmente cuando enseño esta técnica lo hago empleando dos términos/denominaciones diferentes para algunos, nuevos para otros y conocidos para el resto de lectores. Estoy convencido que la explicación más correcta a lo que se debe hacer es una que relacione los dos aspectos más importantes que van a intervenir en este tipo de tiro: la puntería y la distancia.

Hablemos de “tiro controlado”, que lo voy a describir como hacer los disparos necesarios y a la velocidad apropiada que permitan alcanzar al agresor para situarlo en una condición desde la cual no puede continuar siendo una amenaza para nosotros: incapacitarlo o eliminarlo. La idea es la misma aunque esto último lo debo matizar (como ya hice en otra nota) para que lo entiendan aquellas personas “sensibles”: se trata tanto de dejarlo ileso pero tan asustado que se rinda, como ligeramente herido, o bastante malherido, o más seco que la mojama. Lo que el/la agresor/a prefiera.

Desarrollemos un poco eso: “hacer los disparos necesarios y a la velocidad justa para incapacitar al agresor”. Quizás nos baste un único disparo, pero también puede que necesitemos hacer dos,… ó seis. La clave está en cómo voy a hacer esos disparos para que sean efectivos, para que la suma de sus efectos neutralice la amenaza. Y lo debo hacer conjugando tres cosas: la distancia, la puntería y el control del disparador. Otra forma no hay.

Es obvio, lo sé, que más de uno de vosotros va a decir con razón que es fácil decirlo, pero que cuando te encuentras delante del toro… El problema real es no haberlo entrenado, porque si no lo has entrenado no te has programado para hacerlo y nunca existiría la posibilidad de llegar a hacerlo. Ni remotamente.

¿Cómo hago para enlazar eso: la distancia, la velocidad y el control del disparador? ¿Y hacer los disparos justos?

Obviamente, un blanco de papel no va a dejar de ser una amenaza en ningún momento. La opción más sencilla de aprendizaje para romper con el doble tap tradicional es repetir disparos por ejercicio: “en este hago 2 disparos”,… “en este hago 3 disparos”,… “en este hago 5 disparos”, etc. Yo elijo cuántos voy a hacer. Se trata de hacer bien series de dos o tres disparos (par controlado) o bien mantener una cadencia de disparos (tiro controlado). También puedo hacer disparos e intercalar recargas.

La clave fundamental es esa: la distancia y la puntería; eso lo va a decidir todo y dependerá de cada tirador, de sus capacidades. A más distancia se necesitará más tiempo para retomar la puntería, obvio. Quiero decir que debe haber una adaptación a la distancia para pasar de un control del tiro a otro y viceversa ya que es la única forma de ser preciso.

Es una lástima no poder hacer ruidos porque en todos los cursos acabo haciendo ruiditos simulando los disparos y tiempos entre ellos. Vamos a suponer un agresor, voy a marcar unas distancias orientativas que permitan al lector imaginar y entender lo expuesto:

  • Agresor a 2 metros, “mi entrenada posición corporal y mi empuñamiento perfecto me aseguran la efectividad y una desviación casi nula”… eso es mentira en parte. Siempre se debe hacer al menos un alineado rápido de miras o del punto de mira sólo (según sea la distancia) con el objetivo, porque si el proyectil no da donde quiero, va a dar donde no quiero que dé. Sin duda puedo hacer los disparos en pares que podrían pasar por ser como un “doble tap” de toda la vida:

ALINEADO RÁPIDO+DISPARO+DISPARO… ALINEADO RÁPIDO +DISPARO+DISPARO…

El tiempo que hay entre cada disparo es el justo para que el arma realice su automatismo y retomar la orientación al agresor. Pero entre cada par de disparos retomo ese alineado rápido. Y así seguiremos hasta que veamos que el agresor está fuera de combate.

¿Por qué digo hacer dos únicos disparos? Porque dos disparos son rápidamente controlables en su desviación a esa distancia. Y las series de dos disparos van a ser rápidas y separadas por un lapso mínimo de tiempo precisamente por ser controlables. Sí, claro que puedo hacer tres disparos; lo que entrenes.

¿Por qué digo un alineado rápido? Porque a esas distancias extremadamente cortas el nivel de estrés que poseo condiciona mi funcionamiento fisiológico y va a hacer que mi atención esté centrada en el agresor, lo cual dificulta mi capacidad para prestar atención a los elementos de puntería. Puedo tener una visión fugaz y borrosa de ellos interpuesta delante del agresor. Por eso hablo de alineado rápido.

  • Agresor a 7 metros, ya necesito hacer una puntería (rápida) como tal para asegurarme que estoy apuntando al agresor porque lo veo más pequeño y quizás mis elementos de puntería lo cubran bastante y necesito asegurar que lo alcanzo. Esos pares de disparos ya no son tan rápidos porque necesito unas décimas de segundo más para recuperar la puntería:

PUNTERÍA+DISPARO+RECUPERACIÓN+DISPARO…PUNTERÍA+DISPARO+RECUPERACIÓN+DISPARO…

Ahora el tiempo que hay entre cada disparo es el necesario para que se produzca el automatismo del arma y recuperar la puntería hacia el agresor; y seguiremos así hasta incapacitar al agresor. Puedo hacer series de dos disparos o de tres o más, pero lo más fácil a esta distancia es realizar series de dos o tres disparos porque sigue siendo más sencillo realizar la recuperación del arma y más rápida la reorientación al agresor y posterior puntería.

¿Por qué ahora añado la posibilidad de hacer un tercer disparo? Porque la velocidad entre cada disparo ha bajado y de ese modo golpeo una vez más que antes y si estoy entrenado en hacer tres disparos efectivos a esa distancia, pues seguramente será mejor por esa menor cadencia entre disparos.

  • Agresor a 15 metros, necesito más tiempo para apuntar. Entramos en unas distancias en las cuales mis series de disparos anteriores se van a convertir en un tiro continuado y controlado ya que necesito tiempo para recuperar esa puntería. Si hacemos el experimento de intentar hacer a esa distancia varias series de disparos nos vamos a dar cuenta que al final acabamos por hacer una serie de disparos con cierta cadencia.

PUNTERÍA+DISPARO+RECUPERACIÓN+DISPARO+RECUPERACIÓN+DISPARO+RECUPERACIÓN+DISPARO…

El tiempo entre cada disparo va a ser mayor porque necesitamos recuperar la puntería. Ya no estamos haciendo pares o tríos de disparos, se han convertido en una cadencia sostenida que se detendrá cuando hayamos incapacitado al agresor.

Puntos importantes que influyen en los resultados:

  • Puntería. Trabajar en diferentes distancias para acostumbrarse a hacer punterías diferentes. Cuando estamos muy cercanos al agresor estamos totalmente orientados en él, ya lo hemos visto en notas anteriores y hay autores reputados que han escrito de sobra sobre ello. No podemos apuntar como tal en esas situaciones porque simplemente no vemos los elementos de puntería, por este motivo debemos probar a diferentes distancias.

Con cualquier arma corta y larga hay que acostumbrarse a distancias cercanas (¿hasta 5 metros quizás?) donde lo máximo que podremos emplear sea una visión fugaz del punto de mira borroso sobre el objetivo, o directamente a emplear las referencias corporales que deberíamos tener mecanizadas. Hay que trabajar en distancias medias donde ya debemos hacer un alineado más o menos rápido de las miras. Y hay que trabajar en distancias largas donde sí necesito apuntar como tal.

  • Ritmo. El ritmo referido a la manipulación y al accionamiento del disparador sobre todo. De la manipulación podemos decir que nuestras acciones de extracción o recarga son las que van a condicionar empuñamiento y posición de tiro final, y estas van a condicionar parte de los resultados. No hay que querer ser el “más rápido al oeste del río Pecos”. Se trata de obtener movimientos fluidos porque como dice mi Maestro, mentor y amigo Cecilio Andrade, lo lento es suave y lo suave es rápido; y sí, ya lo sé, la frase no es de él. Siempre hay que aprender a buscar la perfección, y la perfección nunca se obtiene haciendo las cosas con rapidez innecesaria o con brusquedad. Si buscas la perfección, al final tu movimiento será fluido y a la velocidad apropiada.

El control sobre el accionamiento del disparador es uno de los aspectos más importantes a dominar desde el primer momento ya que el accionamiento excesivamente fuerte nos va a producir vibraciones en el arma que se van a ver reflejadas en el lugar de impacto, sobre todo en armas cortas. No hay que pegar “dedazos”, hay que presionar con suavidad pero de continuo y sin separar el dedo del disparador entre cada disparo.

  • Aprender y practicar la técnica del reinicio del disparador (lo que llaman el reseteo). Ya lo he comentado en una nota anterior y es una técnica básica de manejo de un arma. Si tengo mi arma descargada (sin cargador y recámara vacía) y presiono el disparador se produce un disparo en vacío, el “clack” del martillo al golpear. Si se hubiera producido un disparo real, la corredera se desplazaría hacia atrás expulsando la vaina y avanzando para introducir un nuevo cartucho y poder disparar. Soltamos el dedo del disparador y volveríamos a presionar.

Alto. Simulemos el disparo en vacío de nuevo. Con el arma descargada presiono el disparador y se produce el disparo en vacío, suena el “clack” del martillo al golpear. Sin dejar de presionar el disparador, cojamos la corredera y tiremos de ella hacia atrás como si fuese a expulsar el casquillo y la desplazamos hacia delante como si fuese a alimentar un cartucho nuevo. Ahora soltamos suavemente el disparador hasta oír (y sentir) un “click”: los mecanismos interiores de disparo del arma se han rearmado de nuevo. Si lo presiono de nuevo sin llegar a soltar, justo tras oír el “click”, se produce un disparo.

Sé que es difícil explicarlo escrito, pero si se siguen esas instrucciones y se prueba con el arma que sea (ametralladoras no), el tiempo entre disparos se reduce y se elimina bastante la posibilidad del desvío por dar un “dedazo” porque el dedo siempre está en contacto con el disparador, nunca lo va a golpear.

  • La doble acción. Si no llevo un cartucho en recámara debo montar el arma, y ya es una acción añadida para el punto dedicado al ritmo. Pero si llevo un cartucho en recámara debería practicar la doble acción. Si siempre hago los disparos en simple acción, cuando llegue el momento de disparar en doble acción me voy a llevar una desagradable sorpresa porque el disparo no acaba por salir.
  • Reacción a una mano o dos manos con armas cortas. Hay que probar a hacer los ejercicios de ambos modos porque las estadísticas demuestran que la mayoría de los primeros disparos se efectúan con una mano. Y todo cambia cuando reacciono a una mano, o a mano cambiada.

Ejercicios que os propongo. La imagen, el “collage” que adorna mis notas. Arriba a la izquierda vemos una fea chapa de metal regalada por mi amigo Ray Ruiz de la Escuela de las 3 Armas. Tiene las dimensiones de un rostro y un torso, zonas letales si se impacta en ellas. Es gruesa y pesada y aguanta disparos de hasta el 12’70x99 mm a 100 metros. Le puedo disparar con arma corta, escopeta, fusil de asalto, etc., a partir de los 5-7 metros.

 


La cuelgo con una cadena gruesa y… te demuestra si has ido demasiado rápido. Si vas a la velocidad apropiada va a sonar “clink… clink, clink… clink, clink, clink…” con cada disparo o grupo de disparos. Si no suena así y has disparado más de una vez, has ido muy rápido. Piensa que al malo le duele cuando le das, que está en movimiento. Si haces el “doble tap” tradicional quizás no le des o sólo le des una vez. El resto… si no da donde quiero va a dar donde no quiero que dé.

Si no tenéis un buen amigo que os regale unas chapas resistentes, en España tenéis a Madwolf Targets.

Imagen superior derecha e inferior izquierda. El tamaño del papel lo debéis ajustar desde un A5 a un A3 según la distancia a la que os situéis y según el arma, hablamos desde los 3 hasta los 15 o 20 metros. Y la referencia visual será un humilde punto o un cuadrado, adaptando su tamaño al arma y a la distancia. Se trata de obtener impactos lo más cercanos posibles entre sí. Se pueden hacer series de dos o tres disparos. Se pueden hacer disparos uno a cada referencia, o dos. Imaginación.

La última imagen ya la he mostrado en otra nota y es un ejercicio para entrenar el reinicio del disparador. Hace falta una superficie de más o menos medio metro de longitud donde trazamos una línea y, sobre ella, tantas “X” o puntos gruesos como disparos deseemos hacer separados entre sí por unos 10 centímetros. Nos situamos a 3 metros en arma corta y 5 ó 7 metros en arma larga.

Se adopta una posición corporal y de empuñamiento “perfecta”, llevar los elementos de puntería a la línea e ir siguiéndola en una dirección (izquierda a derecha por ejemplo). Cada vez que los elementos de puntería alcanzan una “X” se presiona el disparador y se continúa avanzando hacia la siguiente “X”. En ese trayecto de una a otra es donde debo tratar de soltar el disparador para ese reinicio del mismo manteniendo la puntería.

Lo habitual es dar por arriba o por debajo de la línea de “X”. Veamos el blanco de la imagen. En la línea superior (trazo rojo) oscilan, mal. En la segunda línea al principio no hay reinicio para, a partir del cuarto, empezar a alinearse encima de la “X” al hacer el reinicio. Si vemos la línea inferior, los disparos están alineados bajo la línea roja y bajo cada “X”: el reinicio del disparador ha sido más correcto desde el principio y no se ha golpeado el disparador al presionarlo, hay una presión constante y suave. La idea es acabar siendo capaces de obtener una cadencia rápida de disparos efectivos, separados estos por el tiempo correspondiente a “retroceso + reinicio del disparador + puntería”.

Un saludo.

Arturo Mariscal Rubial.

Comentarios

  1. Excelente Artículo y muy Instructivo mi estimado Arturo.!!.. Saludos Cordiales desde Resistencia, Chaco República Argentina. Augusto D. Romero- Personal Policial Provincial.

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