Consciencia situacional (2). Buscar y evaluar. La secuencia
“Artículo
originalmente publicado el 12.05.20”
Segunda parte de la nota dedicada a la
consciencia situacional. Como ya comenté en la nota anterior (“Consciencia situacional 1. La teoría”), he
rescatado una publicación anterior mía y la voy a “remasterizar” para actualizarla un poco y enlazarla con el texto
anterior. Pienso que así se entenderá un poco más tanto esta nota como la
anterior. No la voy a repetir, pero la bibliografía que incluía en esa nota
sirve como base para esta, aparte de la experiencia propia. Empecemos.
Resumimos la nota anterior diciendo que en una situación que nos provoca un estrés alto (un enfrentamiento con armas o un accidente de tráfico, por ejemplo) concentramos nuestra atención en la amenaza más directa en lugar de hacerlo sobre todo el resto de personas y objetos que se encuentran en la escena. Nuestro mundo se ha reducido a un campo visual muy pequeño en extensión y centrado en el agresor (“visión o efecto túnel”); nuestro cerebro incluso ha llegado a desconectar “sistemas inútiles” y a veces ni oímos. El mundo al que nos hemos reducido lo vemos en la imagen esquemática que nos acompaña (disculpad la calidad).
Recordemos que habíamos definido la “consciencia situacional” como la
capacidad de prestar atención en una situación a todo el conjunto de esa
situación simultáneamente y a las diferentes partes de la misma: tener conocimiento de uno mismo y de lo que
nos rodea. El mundo en la realidad es más de lo que veíamos en la imagen
anterior como vemos en el esquema siguiente.
Una de las
técnicas más básicas y fundamentales para resituarnos en el mundo es la que da
título a esta nota: la “búsqueda y
evaluación” que va a permitirnos localizar otra amenaza en la zona que nos
rodea y comprobar la seguridad del entorno.
Nos
vamos a ese gran referente de formación táctica que es YouTube (es ironía,
obviamente). Si vemos videos de diversos instructores, una vez ha finalizado la
secuencia de tiro que simularía cualquier enfrentamiento se comienza un
movimiento propio de un “Tai-Chi táctico”
que muchos han automatizado y ejecutan directamente (y otros muchos trasladan a
la formación) sin saber muy bien por qué lo hacen o qué deben hacer o cómo, y
que simplemente se realiza (según la mayoría de las respuestas dadas) para “salir
del túnel”. En parte esta bien aunque hay más motivos, y sobre esto volvemos
más tarde. Es un movimiento que definen algunos como escanear o chequear,
derivando de las palabras empleadas “scan”
(escudriñar en inglés) y de “check”
(comprobar).
Reconozco
que son términos que me parecen demasiado “USAmericanos”
aunque estén incluidos en nuestro fabuloso diccionario de la Real Academia
Española (de la lengua). Y a fin de cuentas, yo soy muy purista para algunas
cosas.
- Escanear es la acción de pasar por el escáner, siendo un escáner aquel dispositivo que explora un espacio o imagen y los traduce en señales eléctricas para su procesamiento… En mi opinión, no es escanear.
- Chequear podría servir puesto que es examinar, controlar, cotejar, comprobar.
En
realidad, ¿qué es lo que necesito hacer cuando finalizo un enfrentamiento?
Concretamente yo busco otra amenaza y valoro si lo que voy viendo puede
considerarse amenaza, riesgo potencial, etc. Dicho de una forma un poco
chapucera (pero que nos vale): diferencio si es la señora Juana que está
esperando el bus o si es una amiga del agresor que nos vigila o un caballero
travestido que aguarda para atacarnos escudándose en un disfraz. Así lo entreno
y así lo transmito.
Por
lo tanto, lo que se debe hacer es eso, BUSCAR
Y EVALUAR: buscar a alguien o algo
más en el conjunto de la escena que me rodea y luego analizar, estimar,
calcular el grado de riesgo que me puede aportar, etc. (evaluar), entre
otras cosas.
Pero ojo, especialmente los señores y señoras
dedicados a la administración de la ley (jueces, fiscales, abogados, etc.) y
que se están tomando la molestia de leerme. El tiempo que se dispone para
buscar, evaluar si es riesgo o no y reaccionar en consecuencia es muy muy pequeño.
Demasiado pequeño. Y ese tiempo tan corto puede hacerse aun más corto y
estresante...
No hay ejercicios que puedan acercarse a
simular esa situación, se pueden añadir variaciones a los ejercicios pero no es
lo mismo. Yo recomendaría introducir ejercicios de “fuerza contra fuerza” (FoF,
“ForceonForce”) con marcadoras de
paintball o airsoft, donde uno da y recibe y toma consciencia de lo delicado de
la situación. Y a los jueces, fiscales y abogados (e instructores de barra de
bar) también se los recomiendo.
¿Para
qué buscamos y evaluamos? ¿Cuál es su utilidad? Unos párrafos antes había
comentado que, aparte de para salir del túnel, había más motivos para hacerlo.
E insisto en que no se trata simplemente de mover a un lado y a otro la cabeza
como vemos en los videos. Al buscar puedo localizar cualquier amenaza oculta en
el área más inmediata a la posición que ocupo o en una relativa
lejanía/cercanía. Cualquier persona y objeto detectado es observado y
automáticamente evaluado como amenaza-no amenaza igual que si fuera un
transpondedor amigo-enemigo. Eso es parte del ciclo OODA (busquen y lean sobre
el).
Y al
buscar lo hago observando, no mirando simplemente. Es muy diferente mirar de
observar porque observar es mirar prestando atención, y eso es lo que
necesitamos: prestar atención. En resumen, hay que querer ver.
La acción de “buscar y evaluar” debe ir orientada a:
- Fundamentalmente a buscar alguna amenaza en
la zona más cercana a donde me encuentro y luego en las adyacentes.
- Volver a ser consciente del entorno que me
rodea (luego nos extenderemos un poco más
sobre esto). Salir de la “visión de túnel”, por ejemplo.
- Comprobar la seguridad relativa de ese entorno y de las personas que me rodean.
- Retomar el contacto con el resto de
compañeros (si los hay). Pedir apoyo, iniciar
trasmisiones de actualización de situación, etc.
- Comprobar mi integridad física y la de mis compañeros (si los hay).
Recordemos que el “modo ahorro” del
cerebro en situación de estrés puede hacer que no haya advertido que estoy
herido, quizás no haya sangre (vasoconstricción, recordemos).
- Comprobar
fugazmente el arma. Fin de munición, interrupciones, necesidad de
recarga a voluntad, etc.
También es importante tener presente
que siempre se va a enseñar que esta acción la realizaremos cuando
aparentemente haya finalizado el enfrentamiento con el agresor o agresores. Yo
recomendaría que sea una acción continua
durante el enfrentamiento ya que es el único modo de estar pendiente del
mundo que nos rodea (es más difícil ser sorprendido), por lo que se debe
introducir en los ejercicios una vez adquirida las destrezas mínimas y mantener
esta acción en todos.
Llegamos al ¿cómo hacer esta búsqueda y
evaluación? Buscar y evaluar va a requerir efectuar determinados movimientos
con el propio cuerpo y con el arma. Lo malo de entrenar siempre en galerías y
campos de tiro convencionales (despejados y sin obstáculos) es la limitación
que imponen a la movilidad del profesional armado, que debe estar entrenando para sobrevivir y no para practicar el tiro
deportivo. Por este motivo entre otros, lo habitual en la mayoría de los
entrenamientos “tácticos”
tradicionales en muchos estamentos armados es la secuencia:
Disparos - colocar el seguro - guardar
el arma
Acabamos de ver la necesidad de introducir una
búsqueda y evaluación para confirmar la seguridad del entorno por lo que
debemos incorporar esa actitud como acción previa a dar por finalizado el
enfrentamiento y guardar nuestra arma. La secuencia anterior pasaría a ser:
Disparos - amenaza incapacitada -
buscar y evaluar –seguro y guardar el arma
Y aún así, al final expondré una secuencia aún
más correcta. Veamos la secuencia de búsqueda y evaluación que vamos a
descomponer en dos fases que podemos llamar (por ejemplo): de área inmediata y de
área extendida.
Hemos acompañado con nuestro arma (disparando
incluso) al agresor hasta el suelo, lo hemos visto dejar de ser una amenaza,
hemos respirado (recomiendo respirar). Sí, parecerá raro esto que acabo de
decir pero durante el tiempo que ha durado el enfrentamiento apuesto a que lo
más que has llegado a dar han sido un par de resoplidos rápidos y has aguantado
el tirón. Párate y respira, introduce oxígeno en tu cuerpo para alimentarlo y
para iniciar esa devolución a “nuestro
mundo”. Que le llegue al cerebro porque lo necesitamos para pensar.
Tras ver a nuestro adversario fuera de combate nuestro dedo abandona el disparador y se sitúa sobre el armazón del arma (nunca sobre el arco del guardamontes); seguimos en el combate. Bajamos un poco el arma hasta ver bien al agresor, lo observamos, parece que no es amenaza. Hacemos una pasada rápida con el arma extendida (brazos extendidos) observando el área inmediata al agresor inerte. Esta es la fase de área inmediata, lo vemos en el esquema adjunto en el que se ha atenuado el entorno para dar énfasis a la zona observada.
La siguiente fase (área extendida) va a ser buscar nuevamente pero a mí alrededor y
en profundidad aunque más lento, lo que todos los autores llaman los 360°
aunque yo empleo el concepto de “esfera”;
lo vemos a continuación. Es la búsqueda para comprobar que efectivamente no hay
más amenazas y se hace siempre desde
nuestra posición hacia las zonas alejadas del perímetro que nos rodea. Lo
hago haciendo barridos en forma de arco en los que procuro “ver” (diferente de “mirar”) lo que hay delante mía para luego buscar en zonas
posteriores a mi posición de forma rápida antes de regresar al frente. Esos son
los 360° de una comprobación inicial rápida; un perímetro contiguo a mí delante
y detrás, reflejado en la imagen.
Una vez confirmo estos sectores elevo la visión si hay alturas que me rodean, lo cual es algo normal en entorno urbano, si algo no me ha llamado la atención antes en las alturas, o en los niveles inferiores. Y tengo presente que mis ojos y cabeza pueden estar haciendo barridos a mí alrededor y cambiar a observaciones superiores o inferiores si algo me llama la atención (recordemos cómo funciona nuestro ojo con objetos en el campo visual). Ahora estamos en la esfera (vemos el esquema). Espero que se haya entendido.
Ahora sí, ¿la secuencia más correcta a mi
parecer es…?
Disparos - amenaza incapacitada -
buscar y evaluar - comprobar arma - comprobar adversario incapacitado –seguro y
guardar el arma
Evito perder el tiempo con zonas amplias y
despejadas: por ejemplo si a mi derecha está el espacio vacío de un descampado
sin vegetación ni objetos y a la izquierda la linde de un bosque le prestaré
más atención a esta y casi nada a la otra.
La pregunta del millón es ¿a qué velocidad
hago esas búsquedas? Si preguntan a qué velocidad hay que disparar, la
respuesta es a la que te permite impactar en la amenaza que tienes enfrente
(así me lo enseñó mi maestro y no se me ha olvidado). Por lo tanto cuál será la
respuesta: pues aquella velocidad que me permitirá apreciar detalles y
evaluarlos como amigo-enemigo; ni más ni menos.
Si lo hago rápido veo y aprecio pocos
detalles, si lo hago lento empleo demasiado tiempo y puedo ser alcanzado por el
caballero travestido que comentaba antes y que no detecté pese a lo llamativo
por ser yo demasiado lento (o rápido). Adaptación a lo que me rodea. Un ejemplo
sencillo, pensemos: ¿cuánto tiempo empleo en buscar y evaluar en el interior de
un pasillo de 5 metros tras incapacitar a un agresor donde solo está él al
final de ese pasillo y cuánto tiempo emplearé para hacer lo mismo en una calle?
No hay forma de explicar nada de forma
resumida. Lo lamento. Dejamos para la siguiente nota las pinceladas finales de
la secuencia y la aplicación del arma.
Un saludo.
Arturo Mariscal Rubial.
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