¿Hay que apuntar,..., no,..., se puede apuntar,..., no,...? ¿Qué hago?

 

Es la eterna pelea entre unos y otros: ¿se puede o no se puede apuntar en un enfrentamiento?

El pasado 17 de julio del 2022 hubo un tiroteo en la localidad de Greenwood (Indiana, EE.UU.) en la que se produjo el lamentable asesinato de 3 personas y las heridas de varias más. Y el dato importante es que a este tiroteo le puso final la intervención de un ciudadano que portaba un arma corta con la que abatió al agresor. Lo destacable es que este ciudadano portaba legamente su arma y empleó 15 segundos en neutralizar al agresor, evitando la posibilidad de que hubiera más víctimas.

Sobre los detalles de este incidente resumo de lo que he leído porque no he sido capaz de localizar video del incidente: el agresor utilizó un fusil AR15 y realizó 24 disparos antes de ser neutralizado, el ciudadano portaba una pistola Glock de 9 mm y realizó 10 disparos desde una distancia de unas 40 yardas (no metros, ojo); el tiempo total del tiroteo fue de 15 segundos tan sólo. Según las leyes de ese estado es todo legal para el ciudadano que solventa el incidente; en España inicialmente se le caería el mundo encima casi seguro (al menos periodísticamente).



La polémica empieza con esa distancia y la afirmación expuesta en público “¿ves como sí que se puede apuntar en combate?”, añadiendo el molesto y ofensivo calificativo de “vendehumo”.

Yo soy de los que piensan que uno debe documentarse antes de opinar sobre todo cuando no tiene la certeza sobre lo que dice si no se ha informado bien o no se ha visto en una situación similar. Y también creo que siempre hay que entender lo que se lee antes de opinar. Por eso antes de seguir expongo mi caso.

Hace unos años realizábamos el abordaje de una embarcación en la cual iban dos personas. En un momento determinado, cuando estábamos al lado de la suya (2-3 metros entre personas de ambos bandos), uno de ellos se agachó y desapareció dentro de su embarcación. Posteriormente apareció con un cubo tirando agua por la borda porque tenían una vía de agua. Lo único que recuerdo del momento era estar todos gritando “sal” en español (el intérprete en su idioma), tener el arma encarada y sentir el “click” al quitar el seguro mientras buscaba al individuo. No recuerdo ver los elementos de puntería, pero tenía la certeza que si se asomaba de forma inapropiada le daría a esos 2-3 metros.

Un par de años antes abordaba un mercante en el Mediterráneo y recuerdo tener el arma encarada y estar apuntando a un tripulante demasiado cercano al punto de abordaje; y lo recuerdo así porque tengo la certeza de ver sobre él la cruz del visor de mi fusil a los 50 metros o poco más en los que estaba.

Estar en combate es estarlo desde los cero metros hasta donde alcances de forma efectiva con tu arma. Y esto es fácil de entender. Yo me he entrenado (de verdad, no de teclado) para responder a una agresión a distancia de contacto y también para hacer blanco hasta a 800 metros que es la distancia máxima a la que he alcanzado el objetivo. Digo esto, porque cualquier instructor y tirador sabe que según sea la distancia a la que se encuentra el blanco (o agresor) debe emplear una técnica de puntería u otra. Efectivamente digo “puntería” porque es vital apuntar para evitar dar donde no se quiere dar; pero hay un problema fisiológico.

Y no lo digo yo, que de eso no sé, por eso hay que informarse. En mi opinión personal, cuando una persona dice una cosa puede estar equivocada o estar en lo correcto. Cuando varias personas dicen lo mismo, lo más probable es que tengan razón. Y si encima esas varias personas te dan datos de estudios científicos o basados en su experiencia,…, pues oye, que lo mismo tienen razón y lo debemos dar por cierto aunque te empeñes en llamarles “vendehumos”. Que, en este caso, es lo que ocurre.

Y yo, en todos mis cursos, explicaciones y escritos me baso en eso anterior (lo que sé y lo que aprendo), empleando también el sentido común y la experiencia personal.

Cuando una persona se encuentra en una situación extrema siempre tiene una reacción fisiológica, siempre la hay y va a depender de cada persona. Algunas la sufrirán más intensamente y otras no. La realidad es que esta reacción se traduce en una descarga de hormonas que condicionan la respuesta porque aumentan el grado de alerta, de resistencia,…pero también reducen aspectos como la audición y el riego sanguíneo de ciertos órganos, y esa es la clave. Ya lo comenté en una nota anterior (Consciencia situacional 1. Lateoría) cuya lectura recomiendo.

Con esta inyección de hormonas se provoca un aumento del ritmo cardiaco para asegurarse que las células necesarias para la defensa nunca se queden sin oxígeno. Pero también ocasiona una vasoconstricción donde no va a hacer falta tanto oxígeno. Aparecen las pérdidas de funciones motoras finas, incapacidad para escuchar, etc. Y no lo digo yo, solo me documento de las fuentes correctas. ¿Estamos de acuerdo?

Dependiendo de la distancia a la que deba responder a mi agresor, así será mi nivel de hormonas inyectadas y así será condicionado mi organismo. Si el agresor lo tengo a 800 metros estoy en combate efectivamente, pero puedo situarme en una posición de disparo efectiva para hacer una correcta puntería, situar la cruz de mi visor sobre el agresor y neutralizarlo sin tomar prisa. ¿Seguimos estando de acuerdo?

Y si el agresor está a 400 metros sigo pudiendo reaccionar de la misma forma un poco más acelerado. Pero si el agresor está a 100 metros cambia todo un poco. Tengo tiempo de poder situarme en una posición de tiro correcta y voy a poder apuntar también situando la cruz de mi visor sobre el agresor, pero tengo que reaccionar un poco más rápido y la “sensación” que voy a tener de premura no es la misma que cuando veía al agresor a 400 u 800 metros. ¿A que seguimos estando de acuerdo?

Hablemos de reacciones cercanas, no voy a poner distancias concretas porque dependen de cada persona y de su grado de adiestramiento; y es donde el que no se documenta salta porque hay que leer y entender. Podemos decir que hay personas que se ven en esto que expongo hasta los 5 metros, otros hasta los 8, otros hasta los 10, y otros hasta los 8,75 metros.

La distancia es la que dice la descarga hormonal que te va a corresponder, y esa descarga hormonal es la que va a condicionar tu respuesta. Por eso no hay una distancia tipo. Lo que sí hay son efectos y son conocidos y ya se han expuesto por diferentes autores (por lo que podemos afirmar que son cierto), entre ellos la vasoconstricción.

La vasoconstricción afecta, entre otros órganos, a los ojos. El músculo ciliar es el encargado de actuar sobre el cristalino del ojo, que es el responsable de enfocar según las distancias. Si no recibe suficiente sangre no puede cumplir su misión y no enfocará o lo hará de forma más lenta por lo que el ojo se queda prácticamente fijo y casi sin movilidad y centrado en el agresor. Realmente está demostrado que no vemos más allá 1 ó 2 metros o poco más a su alrededor (hay que leer, insisto).

¿Con esto que quiero decir? Pues que está demostrado científicamente y por supervivientes a enfrentamientos límites que, a esas distancias, a veces no puedes apuntar por dos motivos:

1.- La premura. Si la distancia es muy cercana al 0, no hay tiempo material ni siquiera de situarse en una posición de tiro “de libro”, obviamente es muy probable no llegar a ver los elementos de puntería para hacer una puntería efectiva. Recordemos las estadísticas que dicen que, policialmente, un porcentaje significativo de respuestas armadas se dan a la distancia del “hola buenos días, ¿me permite su documentación?” (Apunte usted ahí, señor).

2.- ¿Recordamos lo del riego y el músculo ciliar? Quizás no puedas apuntar sencillamente porque no puedes ver los elementos de puntería de tu arma, entre otras cosas. Por eso va a ir mi serie de artículos sobre la consciencia situacional.

Ante esto, lo más que sucede es que “sientes” que algo se interpone entre tú y tu agresor: tu arma; y si tu entrenamiento es el adecuado y tienes adecuadamente interiorizada tu posición de disparo perfecta que asegura resultados darás al agresor en esas circunstancias, con los matices que obliga la distancia de enfrentamiento y las características del arma.

Documentarse es leer de diversas fuentes hasta saber que el ciudadano que pone punto final al incidente lo hace desde una distancia de 40 yardas (36,5 metros) y no desde 40 metros como afirma uno de los descalificadores. Y en combate y en una respuesta a vida o muerte, 5 metros son un mundo. Del mismo modo tampoco hizo 10 impactos en su tiempo de respuesta, hizo 10 disparos pero solo 8 impactos; dicho lo cual sigue siendo estupendo teniendo en cuenta el tipo de arma, la distancia y el tiempo empleado para hacerlos consiguiendo neutralizar al agresor.

Y añado, que a 35 metros está en una situación de combate pero en la que dispone de un tiempo precioso para apuntar adecuadamente porque (documentarse) el objetivo de los disparos del agresor no era él. Este ciudadano reacciona al ver la situación, por lo que al no ser receptor del ataque y tener adiestramiento adecuado puede responder haciendo una puntería correcta y hacer disparos efectivos mientras se mueve por la escena del enfrentamiento protegiendo al resto de ciudadanos.

Esa es la realidad. A 35 metros es posible apuntar (habrá quien no condicionado por el estrés que sufra) pero a 2, 5 u 8 metros quizás no puedas apuntar por falta de tiempo, por el estrés o ambos.

Y si hemos seguido el hilo del texto que expongo, nadie dice que no se deba apuntar a distancias muy inmediatas; al contrario, hay que asegurar el impacto. Lo que digo y me atrevo a afirmar es que siempre se debe apuntar pero ojo, en tu entrenamiento considera la posibilidad de hacer ejercicios en los que realmente no te dé tiempo a apuntar como tal y aprovecha tus conocimientos instintivos. Porque si todos tus entrenamientos se basan en apuntar como tal se conoce, estás despreciando capacidades y, sobre todo, un tiempo valioso de reacción.

Aunque, claro, puedo estar equivocadísimo y ser un “vendehúmos” más.

Un saludo.

Arturo Mariscal Rubial.

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