Recargar mi arma. Siempre que pueda, hacia arriba (1)
“Artículo
publicado originalmente el 19/abril/2020”.
Sigo con mi visión y opinión personal (IMPORTANTE
ESTE DETALLE) del tema del título que propongo y que me surge después de que
alguien subiera a redes una fotografía hecha en un curso en el que se veía a los
participantes recargando su arma (larga para más señas) situándola a la altura
de la cadera.
Con esta afirmación empiezo: yo nunca lo haría, salvo
contadísimas excepciones. Espero que se logre entender lo expuesto.
Y continúo diciendo que cuando a alguien no se le ha
enseñado a hacer algo, sencillamente no lo hace o hace lo que piensa que se debería
hacer. Y lo afirmo porque la normalidad es hacer el ejercicio y a fin de carga
recargar; pero no se suele decir cómo. Y ese es el detalle importante. Cuando
aportas ese “cómo” ves la mirada del
que descubre un mundo nuevo, si se me permite la expresión, porque yo la he
visto.
En general ¿por qué no recomiendo recargar sin
mantener arriba el arma? Pues porque la
experiencia me dice que acabo centrando toda mi atención en mi arma, en mi
entorno inmediatamente más cercano que, justamente es de las cosas que menos
van a importar en un enfrentamiento a vida o muerte. Lo vemos con un ejemplo.
Supongamos que nos vemos en un tiroteo y que ganamos
(o eso pensamos) porque vemos caer al malo. Segundos después (cuando ya nos
acordamos de respirar), nos damos cuenta que la recámara del arma está abierta
y como no me lo han enseñado, recargo como me sale, lo que haría cualquiera:
bajo el arma y la acerco al cuerpo poniéndola casi en el estómago porque es lo
que todo el mundo haría y saco el cargador con mi mano de apoyo (la que no
empuña), busco un sitio donde ponerlo (no se vaya a perder que cuesta un dineral)
y lo guardo en un bolsillo, cojo el cargador nuevo y lo introduzco en el arma,
y acciono la corredera y alimento el arma. Listo.
Tiempo invertido… ¿7… 8… 10… segundos? Porque nadie
me ha enseñado a recargar, recordemos. Todo ese tiempo prestando atención a
centímetros de mi cuerpo, a mi cinturón, a la funda de mi cargador, a la mano
de apoyo,… ¿Y el malo? Pues cuando mi mirada se dirige hacia él, ya no está; se
ha ido,… ¿Entonces no iba (no voy obviamente) ganando el combate? ¿Lo siguiente
qué es? … ¿Sudor frío…?
Tomemos como ejemplo las imágenes adjuntas al
texto y empecemos por definir el concepto de “zona de manipulación” como
aquella en la que vamos a efectuar la mayoría de las manipulaciones
manteniendo la amenaza en la lejanía y centrada dentro del campo visual. Que
debe ser la misma para un arma larga o corta, particularizando pequeños matices
de manejo.
En ambas imágenes, el arma se sitúa en una
posición cercana al centro de nuestro campo visual (y cerca del rostro) con lo
cual, cuando nuestro cerebro nos traicione (ocurrirá) y nos haga mirar hacia
ella para introducir ese cargador que siempre metemos hasta con los ojos
cerrados, lo vamos a hacer en una orientación clara hacia la amenaza y sin que
esta desaparezca de ese centro de nuestro campo visual y empleando un tiempo
mínimo para hacer ese vistazo rápido que podamos necesitar.
Vemos que, aún siendo armas diferentes (larga
y corta), en ambos casos acercamos el arma hacia el cuerpo para hacer cualquier
manipulación: recargas, acciones para solventar interrupciones, comprobar el
entorno tras el enfrentamiento, comprobar cartucho en recámara, etc.; como
vemos es una única posición extrapolable a varias acciones que permite tener el
arma en una situación espacial que admite prestarle atención y mantener la
alerta lejana centrada en el agresor.
En armas largas y cortas, el arma se pliega
hacia el cuerpo con lo que conseguimos:
- Los recorridos
de las manos en recargas, acciones para solventar interrupciones, etc., se
acorten y el arma se mantiene orientada a la amenaza, con lo cual sólo son
necesario pequeños movimientos para orientarla final y efectivamente al
agresor.
- Obtenemos
una visión clara de la zona que nos interesa (boca de alimentación, ventana de
expulsión, palancas y botones, etc.) con lo que el tiempo que necesitamos para
localizar la zona que nos interesa del arma se acortan mucho porque “no necesitamos buscar tanto rato”.
- Al
tenerla cercana al cuerpo podemos protegerla y evitar perderla en un combate
inesperado cuerpo a cuerpo. Sí. Y esto es así porque al tenerla cercana al
cuerpo la puedo sujetar con más fuerza ya que con los brazos plegados trabajan
grupos musculares grandes. Si los brazos estuvieran extendidos, la fuerza que
puedo realizar con ellos es menor y es más sencillo arrebatar el arma. Además
que puedo plegarme sobre mi mismo girándome, con lo que empleo mi propio cuerpo
para protegerla.
- Y
finalmente, en el caso de un arma larga, la doto de estabilidad.
Me vais a permitir que me extienda un poco en
este último punto referido a un arma larga. Si hago la recarga manteniendo
brazo extendido (recordemos que el otro busca la munición) todo el peso del
arma va a recaer sobre este con lo cual va a provocar que tenga oscilaciones o
inclinaciones (el arma se une al cuerpo en un único punto: la mano que empuña).
Si la pliego hacia el cuerpo, lo que hago es situar la culata entre el brazo y
el cuerpo y pasar a tener dos puntos de apoyo contra el cuerpo: mano que empuña
y hueco entre brazo y cuerpo, con lo cual gano estabilidad.
Esta estabilidad me permite girarla un poco
para localizar rápida y sencillamente la boca de alimentación (o el elemento
que necesite accionar) que además tengo situada dentro de mi campo visual. Y
otro detalle de importancia es permitirme moverme a buena velocidad en determinados entornos y determinadas
ocasiones sin engancharme peligrosamente, por ejemplo en un movimiento
rápido en entorno CBQ donde si la llevo sujeta con las dos manos corro el
riesgo de quedar trabado en una puerta si no la he esquivado correctamente. Si
se lleva vertical, la boca de fuego puede golpear el dintel de la puerta, sí,
pero simplemente va a retroceder un poco hacia atrás y, tras cruzar la puerta,
se va a situar nuevamente vertical.
No siempre voy a poder recargar o manipular mi arma
dirigida hacia arriba, en mi zona de manipulación, pero siempre que pueda
debería hacerlo.
Un saludo.
Arturo Mariscal Rubial.
Muy interesante, gracias Arturo.
ResponderEliminarMuchas gracias por dedicar tu tiempo a su lectura.
EliminarMuchas gracias por el aporte
ResponderEliminarGracias por tu opinion
EliminarArturo, es de agradecer que empieces con este blog para transmitir tus conocimientos a todos, cómo has hecho siempre. Si hay alguna manera de suscribirse al blog, con nombre y correo electrónico, te agradecería que nos lo comentes. Lo he abierto en el teléfono y no encuentro manera. Saludos
ResponderEliminarCésar Pérez. Me acabo de dar cuenta que no he puesto mi nombre en la entrada anterior
EliminarVisto. Ya he encontrado la forma de seguirte aquí también. Disculpas
EliminarJustamente iba a comentar que a la izquierda está el botón "seguir". Es una de las opciones con las que se me ofrecía configurar el blog cuando lo creé. Admito que esto es algo que es totalmente nuevo para mi, y alguna cosas estará mal hecha. Pero esto es algo que se me había sugerido hacer muchas veces. Solo espero que sea de utilidad
EliminarMuy buena Publicación Estimado..!!.. Saludos
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