Consideraciones personales sobre las correas en las armas
“Artículo publicado originalmente el
11/abril/2020”.
¿Qué correa es la mejor para mi arma?
En mi trabajo frecuentemente me hacen
esta misma pregunta cada vez que imparto la poca formación que se puede
impartir allí. También recientemente mantenía una conversación con un compañero
que posteriormente se repitió en modo virtual con otra persona que me hacía las
mismas preguntas referidas a las correas para armas largas; uno las orientaba al
fusil de asalto reglamentario (H&K G36E) y otro a la escopeta que poseía. Y
las preguntas sobre este tema siempre se dirigen a cuál es la mejor; y la
respuesta siempre es la misma: la mejor
es la que más se adapte a las necesidades y cumpla su misión.
Bajo mi visión y opinión personal (IMPORTANTE
ESTE DETALLE), creo que puedo dar unas sugerencias. Tomamos como ejemplo la
imagen tomada en el año 2018 en la desaparecida Semana Táctica Solidaria-STS
(Algeciras-Cádiz).
Una correa portafusil sólo tiene una
misión: evitar perder el arma si se suelta de las manos. Con esa idea, los
consejos que veremos, y los gustos personales, cada uno debe elegir una correa
que le permita llevar el arma ajustada al cuerpo en movimientos y transportes,
permitirle transiciones entre arma principal y secundaria, soltarla de las
manos sin perderla, etc.
Si nos ceñimos al “tiro de precisión” que se ha empleado en modo general para realizar
el adiestramiento en tiro, la correa se utilizaría para efectuar una sujeción
firme que nos proporcionará estabilidad en el tiro y bla bla bla… Realmente, si
necesito efectuar un tiro de precisión es porque el agresor está lo
suficientemente lejos como para situarme en una perfecta e ideal posición de
tiro, estable, incluso buscar un apoyo. Pero todo cambia en la realidad, cuando
el agresor está demasiado cerca mirándonos a los ojos.
Esa no es mi visión del uso de una
correa, yo percibo una realidad bien distinta. Por ejemplo, durante un
enfrentamiento seguro que voy a necesitar moverme para dejar de ser un blanco
fácil, bien alejándome del agresor o bien para buscar un lugar a cubierto. Si soltamos
el arma porque no funciona, podemos tener por seguro que la hemos perdido.
Cuando queramos recuperarla quizás ya no esté donde la dejamos o peor, el
agresor la ha recogido y ha sido capaz de ponerla en funcionamiento.
Hablemos de las correas desde esa
perspectiva y de forma simple. Resumiendo un poco tenemos cuatro opciones: 1, 2
y 3 puntos de unión, y mixtas. Desde mi experiencia personal, lo mejor es
elegirlas fabricadas con material textil sintético por resistencia,
durabilidad, facilidad de secado al mojarse, ligereza, etc.; algunas incluso
pueden llevar tramos elásticos para tener más opciones de ajuste. Y también es
muy conveniente que posean sistemas de liberación para poder desprenderse del
arma en caso necesario.
Las correas de 1 punto se llaman así
porque se unen al arma en un único punto de anclaje, que debería estar lo más
centrado en el arma. Lo normal es situar este anclaje en la unión entre culata
y el cuerpo del arma. Habitualmente son correas que se cuelgan del cuello, se sujetan
al medio de protección (chaleco) o rodean el cuerpo. La principal ventaja de
este tipo de correas es que al ir unidas al arma en un único punto de anclaje
ofrecen una mayor libertad con el arma ya que esta es mucho más manejable y
manipulable. La mayor desventaja es precisamente esa libertad: si el arma queda
suelta y suspendida de la correa queda libre para hacer todo tipo de
movimientos y golpear objetos, piernas, ingles…
Correas de 2 puntos. Reconozco que son
mis favoritas y son las que uso. Es la correa que siempre se empleó en las
armas largas y que se sujetaba en los extremos de las mismas, pero actualizada.
Las de hoy en día permiten ajustes rápidos de su longitud mediante hebillas, cintas,
tiradores, etc. Se suelen unir al arma en la parte delantera y en la trasera o
en la unión de cajón de mecanismos y culata. Permite el control de la posición
del arma al tenerla suelta de las manos y tras haber ajustado la correa. El
inconveniente es requerir algo de práctica para acostumbrarse al manejo del
mecanismo de ajuste rápido de longitud y a desenvolverse con la correa en las
diferentes posiciones de uso del arma.
Las correas de 3 puntos se sujetan al
arma en dos puntos y tienen un tercer punto de unión a la propia correa que se
desplaza a lo largo de ella para convertirla en una especie de “atalaje” que une el arma al tirador y
libera longitud de la correa y la alarga para poder hacer ciertos movimientos
con el arma. Se puede decir que como elección superaría a las correas de 2
puntos antiguas (no regulables), pero no alcanza a las de 1 punto o 2 puntos
actuales. Si no se tiene adiestramiento con este tipo de correas el ajuste es
lento y puede limitar o casi imposibilitar algunos movimientos, como el cambio
de hombro del arma.
Las correas mixtas son un diseño más
actual que combina las correas de 1 y 2 puntos en una sola, pudiendo pasar de
un tipo a otro actuando sobre un elemento que se desengancha y cambia de lugar
de unión. Básicamente lo que se hace es retirar el anclaje delantero para
sujetarlo en el anclaje trasero y pasar de ser una correa de 2 puntos a una de
1 punto, y viceversa. Según la configuración que se elija tendrá las ventajas
de las correas de 1 ó 2 puntos pero requieren práctica para aprender a cambiar
esa configuración.
Y para curiosos, pues uso y tengo dos
correas de 2 puntos de 5.11 (“5.11
Tactical VTAC 2 Points Sling”), bastante gastadas ya, y otra más de Blue
Force Gear (“Vickers Sling”) que no
me gusta tanto pero que va bien. Pero hay muchas marcas y calidades, eso ya son
gustos y posibilidades.
Sobre los anclajes. Dependiendo del tipo
de arma nos vamos a encontrar con un tipo de punto de unión u otro. Si es un
arma militar/policial los va a traer de fábrica donde mejor haya considerado el
fabricante. Si el origen es civil (por ejemplo las escopetas) no van a ser los
anclajes ideales, por lo que sería adecuado prescindir de ellos.
Si empleo correas de 1 punto debo tener
en cuenta que el punto de sujeción es recomendable que esté entre la culata y
el propio arma, como ya hemos dicho. Si tenemos un arma para la cual el mercado
“aftermarket” está suficientemente
dotado, no vamos a tener problema en encontrar ese elemento; como ejemplo
podemos poner las armas de la familia M16 y el “Ambidextrous Sling Attanchment Point” de MAGPUL. En el caso de
poseer un arma para la cual el mercado de accesorios es escaso, habrá que improvisar
con cintas y anillas “D” o bien medios
estándares.
Si empleo correas de 2 puntos voy a
necesitar dos anclajes situados lo más cercanos posibles a los extremos del
arma. Para correas mixtas, uno en el extremo delantero y otro central. Básicamente
ese sería el concepto.
Como usuario profesional de H&K G36E,
sujeto mi correa de 2 puntos en el anclaje delantero del guardamanos mediante
mosquetón y en la esquina trasera superior de la culata mediante la propia
cinta de unión de la correa de 5.11. En el caso de la escopeta que poseo, ha
necesitado algo de “tunning” llevando
un anclaje delantero sobre raíl Picatinny en guardamanos (“QD Sling Swivel” de MAGPUL) y un adaptador de culata (“VTAC Buttstock Adapter” de Viking
Tactics).
Las dos configuraciones me permiten el
uso de una correa de 2 puntos que es como me he acostumbrado a trabajar, y que
el arma permanezca permanentemente cruzada (como vemos en la imagen: tiradores
diestros, de hombro derecho a la cadera del lado opuesto) en el pecho al
soltarla de las manos y deje libre el acceso a un arma secundaria en la cadera.
El mercado es amplio, tan sólo resta
buscar los elementos que más se ajusten a la correa que uno considere mejor
para el uso personal, procurar que sean de calidad apropiada,… Y entrenar.
Un saludo.
Arturo Mariscal Rubial.
Muy bien explicado, gracias
ResponderEliminarGracias a ti por dejar tu tiempo en su lectura y opinar
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